Aquí va un principio filosófico del estoicismo para reflexionar sobre Aprendizaje: Hacer de la necesidad virtud.
¿Es posible hacer de la necesidad de saber la virtud de aprender?
Sí. Contribuye a ello un espacio, un cálido lugar de ignorancia donde evitar sentirnos ridículos por «no saber» y desasnarse. Que no es poco.
¿Y cómo se crea un cálido lugar de ignorancia para el aprendizaje?
- Con un GRUPO comprometido con el aprendizaje.
- Con un INSTRUCTOR que lo proporcione.
Sobre el Grupo podemos decir que aprender es más favorable si lo hacemos en grupo. El individuo aprende más y mejor en grupo que individualmente
¿Pero por qué es tan importante «el grupo» cuando queremos aprender?
Principalmente porque cuando de forma individual nos enseñan algo nuevo, diferente, la posibilidad de sentirnos ignorantes aumenta.
¿Quién no ha tenido la experiencia de un profesor particular de pádel o matemáticas? En algún momento hemos podido llegar a desconfiar, nos distraemos y perdemos atención.
Seguidamente nos sentimos inseguros, desganados y finalmente abandonamos.
En cambio, el grupo, compartiendo el sentimiento de ignorancia contribuye a hacer de ese sentir grupal un cálido lugar para aprender:
Cuando vamos a un museo nos enseñan y aprendemos en grupo sin sentirnos ridículos que, «el pigmento azul ultramar que usaba Vermeer en sus cuadros era el más caro de su época».
Y lo más importante: En el grupo se crea una estructura de intercambio de ideas donde se aprecian diferencias que uno solo no podría hacer.
El instructor -el guía-, sobre esas diferencias propone distinciones y crea un espacio para organizarlas, darles sentido y contexto.
Se trata de mantener un compromiso honesto con el aprendizaje, serio, al margen del entretenimiento, del turismo formativo y por su puesto sin manipulación afectiva.
El enlace a esta web experta en guías de museos dice que:
«Un guía de un museo nos lleva a donde como visitante normal, nunca llegaríamos».
Video animado: ¿Por qué después de tanto curso no me acuerdo de nada?