Se reunieron doce, con muy pocas ganas, pero estaban obligados a ello. Once pensaban que la reunión sería breve hasta que alguien, planteó una duda. Quería averiguar la realidad.
Este es el prólogo de la película Doce hombres sin piedad dirigida por Sidney Lumet y protagonizada por Henry Fonda.
En la empresa, como en la película, participamos en las reuniones de forma poco funcional cuando concluimos precipitadamente (sin pensar).
Concluimos inmediatamente, con muy poco conocimiento. En cuanto tenemos el más mínimo indicio, «sellamos» y damos «carpetazo».
Puede ser por: (y justificarse no evita que volvamos a hacerlo).
a) un motivo de urgencia.
b) tal vez por no hacer el esfuerzo necesario para entender algo que desconocemos.
c) o quizás, porque se trata de un asunto difícil y no sabemos cómo abordarlo.
La realidad no depende del conocimiento que tenemos de las cosas sino de la existencia de las cosas que, en determinadas ocasiones no percibimos y sería necesario averiguar.
Ojo…, hay ocasiones en que, la realidad, la hemos averiguado y no nos gusta. Entonces la negamos, la ignoramos o la reinterpretamos, posiblemente porque contradice nuestras supuestas verdades.
En la película -y también en la empresa- que la realidad no guste es secundario.
Sugerimos ver y oír a Henry Fonda entrando en dudas para descubrir la realidad ante hipótesis concretas, inferencias y supuestas verdades, vinculadas a la urgencia por concluir de sus once compañeros en el siguiente enlace:
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