La palabra «ruido» la hemos leído en una entrevista en el diario El Mundo a Cass Sunstein.
En la entrevista el profesor Sunstein conceptualiza el ruido así:
Factores externos que influyen en nuestro comportamiento condicionados por los sesgos cognitivos que como especie albergamos en nuestro cerebro.
Aclara el profesor Sunstein que hay ruido si condicionados por nuestro estado anímico tomamos decisiones sin evaluar la situación de forma objetiva.
Tambien hay ruido si, por ejemplo, formamos parte de una organización o de una sociedad en la que predomina una cultura pesimista y nuestras decisiones, potencialmente, pudieran estar condicionadas por el fatalismo.
Para corregir el ruido Sunstein recurre al Feedback (la devolución verbalizada del comportamiento) aunque añade que la realidad demuestra que es algo muy difícil de lograr.
¿Por qué?
En Mentes Flexibles pensamos que el F/B no es fácil por dos razones:
1ª. Porque principalmente el Feedback no se da, se pide y funciona si asumimos que estamos preparados para aceptar la descripción que nos hacen de nuestro comportamiento (sin interrumpir).
Mientras escuchamos debemos ir provistos de papel y lápiz para apuntar con detalle lo que oímos y guardar esos apuntes como un tesoro: ¿Fácil?
2ª. Porque decir las cosas como son, generalmente no te las dice un amigo que te quiere sino quien nos observa y tiene evidencia directa de cómo nos comportamos en determinados contextos atribuyendo además a esa persona cierta autoridad.
La autocrítica, con frecuencia nos la tienen que hacer. Abrácela, es un caudal de aprendizaje aunque inicialmente sintamos más inquietud que alivio.
Sin buscar la excelencia, sin ser puristas, sin esperar a fin de año, sin ruido y con el propósito mejorar determinados comportamientos nadie debería estar exento de un poquito de Feedback.
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