Bruno Patino en su libro La civilización de la memoria de pez comenta que este animal no fija su atención más allá de 8 segundos. Transcurrido este tiempo su universo mental se reinicia.
Declara en las mismas páginas que los ordenadores de Google tambien han medido en 9 segundos la atención de los millenial y que a partir del noveno segundo de concentración, el cerebro se desconecta buscando un nuevo estímulo.
No estamos lejos del pez.
Si Ud. no es millenial pero ha mantenido su atención 9 segundos leyendo hasta aquí, por si acaso, le vamos a introducir un nuevo estímulo cambiando de animalito y de contenido para que no se marche.
Añade B. Patino que entre los diferentes experimentos del profesor Burrhus F. Skinner con un ratón, mostró en uno de ellos que, la incertidumbre en lugar de crear distancia o desánimo le producía una compulsión.
Para seguir manteniendo su valiosa atención, sustituimos ahora al ratón por las personas:
Piense ahora en la compulsión de muchas personas ante las máquinas tragaperras, bingos o cualquier juego de azar que tenga como fin una recompensa. Advertirá que:
La posibilidad de GANAR, por muy pequeña que sea, no desanima ni impide alejarse del mecanismo y «elaborar un comportamiento útil» para dominar la máquina.
¿Y en qué consiste elaborar un comportamiento útil para ejercer ese dominio? En comprender cómo funcionan las cosas.
«Toda empresa comercial intenta comprender el comportamiento humano para mejorar su eficacia».
Empresas como Amazon, Primark, Día o Lidl, estratégicamente lo hacen para mejorar sus resultados. Entonces:
¿Por qué no alcanzamos -individualmente- la capacidad de comprender el funcionamiento de un colaborador, de un cliente o de un hijo adolescente?
Quizás porque no hacemos el esfuerzo necesario para aprender a Pensar de forma racional.