Todo aquello que no eres capaz de notar es como si no existiera.
Nuestros sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) se encuentran activos biológicamente sin que haya necesidad de activarlos previamente y a partir de este estado activo, vemos, oímos, gustamos, olfateamos y notamos a través del tacto lo que nos interesa dentro del rango de lo que somos capaces de notar, conscientes o no conscientes de ello.
A partir de lo anterior, podemos hacer diferencia a través de nuestros sentidos, otra cosa es que no seamos capaces de hacerla.
Notamos, pero si no tenemos distinción posible no hacemos diferencia. Esto puede, en ocasiones, entrañar riesgos:
Distinguir visualmente una seta venenosa de un níscalo comestible. Auditivamente la nota musical «fa» de «do». Distinguir olfativamente el azufre del incienso.
Notar únicamente un olor de otro, o un color o tamaño diferente no hace diferencia «en detalle».
Notamos lo que hace diferencia notable pero hay diferencias que nuestros sentidos no captan porque no entran dentro de nuestro rango olfativo, gustativo, visual, auditivo o táctil.
No oímos como un delfín, no vemos como un águila y no olfateamos como un perro.
Es importante, y en determinados contextos necesario, disponer de un abanico de distinciones posibles -cuantas más mejor- que nos permitan dar existencia a algo que ocurre y que es difícil de describir para hacerlo con la mayor precisión posible.
No hace más de 30 años, el mecánico de un taller de coches, con una exploración visual, auditiva, era capaz de hacer distinciones notando con precisión que era lo que ocurría ante una avería en el motor. No necesitaba una máquina, «el máquina» era él.
La medición que hacía era subjetiva, utilizando los sentidos y su experiencia para hacer diferencia, siendo con frecuencia, certero y preciso en sus predicciones.
No pretendemos extender esta circunstancia a todas las actividades profesionales sino cuestionar y reflexionar en qué contextos es útil disponer y desarrollar distinciones para hacer diferencia, notar para describir, explicar y justificar con precisión lo que una maquina no podría hacer porque no puede hacerlo o porque no disponemos de ella.
11 comentario en esta conversación
Esto mismo podía extenderse al caso de los mecánicos.
David Gutiérrez.
Lo difícil es convertir datos en información.
Imagina que el "caza talentos" del ejemplo tiene la capacidad de notar ciertos cambios en la fisiología y lenguaje del sujeto entrevistado cuando se abordan determinados asuntos (sin las distinciones oportunas no lo percibiría). Esto sería una habilidad notable pero serviría de poco si no puedes transformar eso que notas en información útil, relevante y sobre todo certera. En mi opinión habría que empezar con una adivinación calculada (basada en la experiencia), en cuanto a lo que eso puede significar, para a partir de ahí comprobar en profundidad (verificar, falsar e ir más allá) hasta tener una comprensión certera al respecto. Lo común sin embargo suele ser dejarse llevar por "teorías universales" desde los primeros indicios priorizando una idea rápida en detrimento de una comprensión profunda y certera de esa situación individual. En nuestra opinión el "abuso o mal uso" de mediciones objetivas, puede influir en ello.
Como bien dices Luis, la tecnología puede facilitarnos más datos, pero comprenderlos de forma certera es algo subjetivo y ahí las distinciones de las que disponemos nos parecen determinantes.
Gracias por tu comentario y un saludo.
Muchas gracias por tu comnetario. (Mauricio García)
"Hoy en día" sigue habiendo buenos mecánicos que notan diferencias, el problema es que hay que adecuarse a los tiempos. El problema que describes del cambio automático lo he sufrido yo mismo, está descrito a la perfección en cualquier foro de mecánica. Lo siento pero con el mayor de los respetos un empleado de concesionario NO necesariamente es un mecánico, sino alguien que recibe una formación básica por parte del fabricante.
Los "buenos" mecánicos de hoy en día, como los buenos médicos, arquitectos , etc deben usar la tecnología actual y "notar" diferencias en la ingente información existente , principalmente en internet, que en un alto porcentaje es errónea por cierto.
El mayor avance en tecnología cognitiva a día de hoy es WATSON http://www.ibm.com/smarterplanet/us/en/ibmwatson/
y su éxito se basa en ser capaz de separar el grano de la paja, de manera muy veloz, en la información existente, la cual ha sido generada por humanos, no por máquinas.
Así pues, hay que notar si, pero solo lo que sea deterninante en cada área.