El profesor Jesús Fernández-Villaverde escribe un valioso artículo en El Confidencial sobre dos reformas pendientes en España, dos cosas que se comentan pero no se hablan: Los desafíos relativos a Educación y Recualificación Profesional.

En una de sus experiencias como profesor en la Universidad de Pennsylvania, introduce a sus alumnos un concepto diferente: la expresión lambda.

Señala el profesor Fdez. Villaverde que esta expresión, en el 99% de los casos causa desconcierto y frustración.

Ocurre también en otros ámbitos.

En muchas empresas, quizás no se presentan conceptos complejos pero sí comportamientos desconcertantes, frustrantes, que comentamos pero no hablamos.

De repente las cosas no encajan, no comprendemos. Oímos comentarios pero no hablamos. Lo hemos normalizado, es lo normal.

Compruébelo Ud. mismo:

Cuando las cosas no encajan, ¿reserva un espacio para hablar o aprovecha el café para comentar el desconcierto y la frustración?

Asegura por su experiencia Fernández-Villaverde que la comunicación, escribir o hablar con claridad, permite identificar más rápida y apropiadamente los problemas facilitando la toma de decisiones.

El filósofo Ludwig Wittgenstein declaró lo siguiente al respecto:

«los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo».

La falta de desarrollo de capacidades lingüísticas profundas o las limitaciones para expresarnos con rigor y claridad, condiciona el entendimiento.

Son generalmente incomprensiones, asuntos abstractos, similares a la «expresión lambda», subrutinas anónimas no conectadas que frustran, y afirma Fdez. Villaverde que afectan a la productividad de empresas tanto públicas como privadas.

Las cosas que no se hablan son difíciles de gestionar, y que en todas partes pase lo mismo, no lo hace más cuerdo.

Lo expresamos de forma animada, en este video: Cosas que ocurren en una reunión.