Todo aquello que no eres capaz de notar es como si no existiera.

Nuestros sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) se encuentran activos biológicamente sin que haya necesidad de activarlos previamente y a partir de este estado activo, vemos, oímos, gustamos, olfateamos y notamos a través del tacto lo que nos interesa dentro del rango de lo que somos capaces de notar, conscientes o no conscientes de ello.

A partir de lo anterior, podemos hacer diferencia a través de nuestros sentidos, otra cosa es que no seamos capaces de  hacerla.

Notamos, pero si no tenemos distinción posible no hacemos diferencia. Esto puede, en ocasiones, entrañar riesgos:

Distinguir visualmente una seta venenosa de un níscalo comestible. Auditivamente la nota musical «fa» de «do». Distinguir olfativamente el azufre del incienso.

Notar únicamente un olor de otro, o un color o tamaño diferente no hace diferencia «en detalle».

Notamos lo que hace diferencia notable pero hay diferencias que nuestros sentidos no captan porque no entran dentro de nuestro rango olfativo, gustativo, visual, auditivo o táctil.

No oímos como un delfín, no vemos como un águila y no olfateamos como un perro.

Es importante, y en determinados contextos necesario,  disponer de un abanico de distinciones posibles -cuantas más mejor- que nos permitan dar existencia a algo que ocurre y que es difícil de describir para hacerlo con la mayor precisión posible.

No hace más de 30 años, el mecánico de un taller de coches, con una exploración visual, auditiva, era capaz de hacer distinciones notando con precisión que era lo que ocurría ante una avería en el motor. No necesitaba una máquina, «el máquina» era él.

La medición que hacía era subjetiva, utilizando los sentidos y su experiencia para hacer diferencia, siendo con frecuencia, certero y preciso en sus predicciones.

No pretendemos extender esta circunstancia a todas las actividades profesionales sino cuestionar y reflexionar en qué contextos es útil disponer y desarrollar distinciones para hacer diferencia, notar para describir, explicar y justificar con precisión lo que una maquina no podría hacer porque no puede hacerlo o porque no disponemos de ella.